El anillamiento y marcaje de aves

Objetivos del marcaje de aves.

    Desde 1.899 en que H.C. Mortensen liberara varios Estorninos, a los que previamente había colocado una anilla con una numeración y un remite, hasta la actualidad, los diferentes sistemas de marcaje de aves han evolucionado rápidamente hasta convertirse en una técnica utilizada en todo el mundo.

    Desde tiempos inmemoriales el hombre ha sentido la curiosidad de conocer distintos aspectos de la biología de las aves, en un principio por simple curiosidad y en la actualidad para aplicarlos a su conservación.

    Hoy en día conocemos perfectamente donde pasan el invierno las Golondrinas gracias al anillamiento, disponiendo además de gran información acerca de las rutas migratorias. Antiguamente existía la creencia de que invernaban enterradas en el barro, saliendo de este cuando las condiciones climatológicas mejoraban. En la actualidad estos conocimientos son similares para muchas otras especies, aunque desgraciadamente en otras es insuficiente, quedando mucho todavía por hacer.

    Las técnicas actuales de radio-seguimiento están permitiendo conocer zonas de sedimentación de jóvenes de Águila-Azor Perdicera donde la mortalidad por electrocución es altísima, poniendo en peligro la supervivencia de la especie en algunas zonas de su área de distribución. De poco o nada sirve proteger los lugares de nidificación, invirtiendo gran cantidad de recursos humanos y materiales, si la mayoría de los jóvenes mueren en su primer año de vida en otros lugares, en ocasiones a miles de kilómetros.

    El anillamiento científico ha permitido comprobar el declive de las poblaciones de Garza imperial, Avión zapador y Carricerín común debido a las sequías sufridas en la región del Sahel (África Occidental), donde invernan.

    Mediante el marcaje de aves se obtienen datos de gran trascendencia para su aplicación en la conservación, datos como la supervivencia, tasas de emigración e inmigración, filopatría, éxito reproductivo, cambios en los tamaños poblacionales, dispersión juvenil, rutas migratorias, lugares de invernada y de nidificación, longevidad, tasa de poligamia, etc. Todos estos datos son la base fundamental para el manejo de las aves y de los ecosistemas en los que se encuentran.


Tipos de marcas

    La premisa principal en el marcaje de aves es que las marcas utilizadas no les entrañen ningún riesgo ni alteren su comportamiento habitual.

    El objetivo del marcaje es llegar a individualizar cada ejemplar. Aunque se han diseñado y utilizado diversos tipos de marcas, la colocación de anillas metálicas numeradas y con remite es el método más usado.

Las anillas metálicas están fabricadas en aluminio endurecido aunque para ciertas aves marinas y de ambientas salinos, donde el salitre reduce su vida útil, se usan otros materiales más resistentes y duraderos como el acero inoxidable. Este tipo de anillas consta de un amplio tipo de modelos con tamaños y características que permiten marcar todas las especies de aves. En cada anilla figura una combinación de letras y números que individualizan cada ejemplar y un remite que corresponde a la Central de Anillamiento que ha realizado el marcaje.

En ocasiones, cuando el marcaje con anillas metálicas no es suficiente para conseguir los objetivos fijados en determinados estudios, se utilizan otros sistemas especiales. El objetivo de estos marcajes es llegar a individualizar a cada ejemplar a distancia, bien visualmente o mediante radio-seguimiento.



Entre estos métodos de marcaje, los más utilizados son:

Anillas de lectura a distancia.
    Consiste en anillas de PVC en las que se troquela una combinación de letras y números, combinando a su vez los colores de la anilla y de los dígitos. Pueden leerse perfectamente a una considerable distancia siempre que las condiciones de luz sean buenas. Se utilizan en Cigüeñas, Flamencos y Cormoranes, entre otros.

Anillas de color.
    Son anillas de colores sin ningún tipo de inscripción. Su lectura consiste en identificar las diferentes combinaciones de colores, el orden y el tarso en que se encuentran colocadas. Se utilizan generalmente en estudios de poblaciones locales de aves.

    Marcas alares.
    Son láminas de plástico con algún tipo de inscripción en las que se combinan diferentes colores en las marcas y los dígitos en ambas alas. Se colocan rodeando el ala a la altura del húmero, uniendo sus extremos con remaches. Se utilizan desde hace varios años para el marcaje de Quebrantahuesos en Aragón.

    Marcas alares patagiales.
    Son similares a las anteriores aunque su sujeción se realiza mediante un hilo de nylon y remaches de plástico en el patagio. Solamente son visibles por la parte superior del ala. Es un sistema con mayor riesgo para las aves por lo que es utilizado por personal con la suficiente experiencia. En Aragón se ha utilizado en algunas comarcas como Somontano de Barbastro y Cinca Medio para el marcaje de Aguilucho cenizo.

    Decoloración y tinción de plumas:
    Consiste en decolorar o teñir diferentes combinaciones de plumas de alas y cola con diferentes productos. La duración de este tipo de marcajes está condicionada lógicamente a la muda de las plumas afectadas. Se suele utilizar para el marcaje de grandes aves planeadoras. En Aragón se ha utilizado con buenos resultados en el Quebrantahuesos.

    Radio-emisores.
    Consiste en la colocación de un emisor sobre el ave. Los hay de diferentes tamaños en función del tamaño del ave, el lugar de colocación, la duración prevista, etc. Los dorsales son los que se sujetan en el dorso del ave con un arnés deteriorable para perderlo en un tiempo dado, los de cola se cosen y pegan en una de las plumas rectrices, los collares se colocan en el cuello, etc. El seguimiento del ave se realiza mediante receptores con antenas direccionales, capaces de indicar la dirección exacta donde se encuentra esta. Mediante triangulación con dos receptores distantes se puede ubicar su posición exacta. Para las aves de mayor tamaño y desplazamientos más distantes se colocan unos emisores mayores cuya recepción se realiza de manera automática a través de satélites, pudiendo dar la posición del animal en cualquier lugar del mundo con una gran precisión. Se utilizan para un gran número de especies animales en estudios concretos. Se vienen utilizando, entre otras, en Quebrantahuesos, Abejaruco y Águila-Azor Perdicera, en algunos casos mediante seguimiento por satélite.


Las Recuperaciones.

    El seguimiento de las poblaciones de aves es imprescindible para poder adoptar medidas de conservación y de gestión por parte de los organismos competentes. Gracias al marcaje de aves y sus posteriores recuperaciones se consigue obtener muchos de los datos necesarios para conseguir estos objetivos. De ahí la importancia de hacer llegar a la Oficina Nacional de Anillamiento los datos de cualquier ave portadora de alguna marca.

    En España la Oficina Nacional de Anillamiento, dependiente de la Dirección General de Conservación de la Naturaleza, es la encargada del registro de los anillamientos y recuperaciones. Para otro tipo de marcaje existen diferentes organismos y personas coordinados a nivel internacional. En el caso de recuperaciones de aves anilladas en otros países hay un protocolo de intercambio de información.


    Al encontrar un ave con algún tipo de marca es imprescindible hacer llegar esa información a la Oficina de Anillamiento por cualquiera de las vías posibles. Una de las formas más habituales de hacerlo es notificar la recuperación y aportar en su caso la anilla o marca a los Agentes de Protección de la Naturaleza del Gobierno de Aragón. Allí se piden diversos datos sobre la recuperación, que serán enviados a la Oficina Nacional de Anillamiento y/o al organismo o persona responsable del marcaje, donde localizarán los datos del marcaje y a los que se sumarán los de la recuperación. En poco tiempo, dependiendo si es una recuperación nacional o internacional, se envían todos esos datos tanto a la persona que realizó el marcaje como a quien recuperó el ave.

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